La sabiduría proporciona conocimiento acerca de nuestro crecimiento, de nuestro egoísmo y su causa. Este fenómeno proviene del hecho que todo lo que existe esta compuesto del deseo de auto-satisfacción.
Sin embargo, este deseo no puede ser cumplido en su forma natural, realizándose de manera egocéntrica. Esto se debe a que cuando satisfacemos un deseo, este se cancela, y si se cancela cualquier deseo, no podemos disfrutarlo más.
Por ejemplo piensa en cualquier deseo (comer tu comida favorita por ejemplo) y empieza a realizarlo (comienza a comerla), ¿ya estas disfrutando? Tu cuerpo al menos si; es por esto que reacciona incluso simplemente al pensar en este deseo (libera jugos gástricos con solo pensarlo). Pero en el momento que empiezas a cumplirlo y cuanto mas lo tienes, menos placer obtienes. Finalmente cuando te has saciado, no puedes disfrutar mas de el y paras de hacerlo. No paras porque estas satisfecho, sino porque ya no es divertido. Este es el callejón sin salida del egoísmo: si tienes lo que quieres, no lo quieres más.
Por lo tanto, debido a que no podemos vivir sin placer, debemos seguir buscando nuevos y mayores placeres. Lo hacemos al desarrollar nuevos deseos, los cuales también continuaran insatisfechos. Es un círculo vicioso. Claramente, cuanto mas deseamos, más vacíos nos sentimos. Y cuanto mas vacíos nos sentimos, mas frustrados nos volvemos.
Y debido a que estamos en el nivel mas intenso de deseo en toda nuestra historia humana, no podemos evadir la conclusión que hoy en día estamos mas insatisfechos que nunca antes, pese a que claramente poseemos mas que lo que nuestros padres y antepasados tuvieron. El contraste entre lo que tenemos, por un lado, y nuestra creciente insatisfacción, por el otro, es la esencia de la crisis que estamos experimentando en la actualidad. Cuanto mas egoístas somos, mas vacíos nos sentimos, y peor la crisis.
