27 de junio de 2012

Rumbos


Nuestro actual paradigma moderno, llamado también científico, mecánico o newtoniano-cartesiano, dado que su visión del mundo se constituye en gran medida a partir de las ideas de Newton y Descartes, complementadas por las ideas sobre la naturaleza humana postuladas por el liberalismo, ha regido la vida de Occidente los últimos 400 años. Ha significado enormes avances para la humanidad, pero al mismo tiempo ha dejado enormes vacíos en la vida del hombre moderno.
 
La mano maternal de la historia está comenzando a corregir el rumbo unilateral, el extremo del péndulo en el que nos encontrábamos. Así es como,paradójicamente, la propia ciencia, que había cosificado el mundo, que había endiosado al hombre e ignorado la dimensión espiritual del hombre,está descubriendo un Universo vivo, un gran tejido orgánico en el que todo esta interrelacionado y es interdependiente, en el cual el hombre es un elemento integrante más de esta gran danza cósmica. La física cuántica y la biología de sistemas han echado por tierra el paradigma mecánico reduccionista que dominaba a toda la ciencia. Y a partir de estos hallazgos, muchos físicos se han encontrado hablando un lenguaje muy parecido al de los grandes místicos de todas las épocas.

Por su parte, la psicología que había reducido al hombre a una máquina biológica, dotado de una razón en control de su naturaleza afectivo-instintiva, está llegando a una concepción de la naturaleza humana más amplia que el mero hombre racional. La psicología transpersonal, la más reciente de las escuelas psicológicas, a través del estudio de la conciencia y sus diferentes estados, ha descubierto que el hombre posee una identidad esencial que trasciende su yo existencial y que lo que por siglos se han considerado meras creencias religiosas o espirituales tienen un sólido fundamento en la propia experiencia humana. Se hermana también la psicología’, entonces, con las grandes tradiciones místicas y simultáneamente, sincrónicamente, se produce en Occidente, a partir de las últimas décadas, un inusitado resurgimiento de la búsqueda espiritual por parte del secularizado hombre moderno.


Gastón Soublette.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario