5 de junio de 2012

Razón: Solo la punta de un iceberg


…Estamos en un momento muy especial de oscuridad, y no me fio de los "gurus", "canalizadores"... ni tampoco de cierto tipo de eventos que se generan con ciertos cambios de fecha, etc. Sólo me fío de mi discernimiento interno. Creo que es un momento en el que retoman fundamental importancia las antiguas tradiciones espirituales, fundamentalmente las que aportan una práctica que nos pueda acercar a lo divino y ayudarnos a conocernos más a nosotros mismos. Creemos que conocemos todo, pero en verdad apenas vislumbramos la punta del iceberg de la Realidad.

Ya se ha descubierto que lo que llamamos pensamiento "racional" ocupa una ínfima parte de nuestro cerebro. Todo el resto lo forma el inconsciente. En esta parte "que no se ve" es donde se encuentra el cambio que todos estamos esperando y que algunos estamos buscando. Es esta parte "que no se ve", donde se encuentra el inconsciente colectivo, donde habitan nuestros miedos más profundos, nuestra sombra más ignota, la que contiene la magia necesaria para cambiar el mundo, para que cambien las cosas.
Pareciera que no hay soluciones para la actual crisis mundial (económica, de conciencia), que los caminos para el cambio son difíciles o imposibles. Esto es así porque miramos solamente con nuestros ojos físicos, porque reaccionamos solamente con nuestra "mente racional". Y el pensamiento cambia muy lentamente. Por lo que por ahí no podemos conseguir ese cambio.

El cambio que buscamos va más allá, hay que profundizar en nuestro inconsciente para encontrar nuevos caminos y nuevas soluciones. Mientras muchos estamos sanando este lado "oculto" y profundo, un cambio por ahora invisible se está gestando en el mundo. Atrevámonos a ser auténticos, a penetrar en las capas profundas de nuestro ser, a rescatar la sabiduría que yace dormida en nuestro interior. Atrevámonos a hacer las cosas de manera distinta a la que estamos acostumbrados, a buscar nuevas vías, nuevos caminos. Este es el único cambio posible. Si nos sentimos perdidos o abrumados con demasiada información, volvamos a las raíces, a la tierra, a la Naturaleza, a las tradiciones antiguas, a sus prácticas.

Y entonces se irá gestando el cambio mágico que deseamos en el fondo de nosotros. Y nuestros ojos se abrirán, y nuestros oídos oirán. Y entonces veremos.
  

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