26 de mayo de 2012

La Inquisición


Creo que todo esto ha ido demasiado lejos. No resisto a la tentación de hacer un comentario que me viene a la mente y que acabará con el horror al "tercer azote de la humanidad" (como lo llama patéticamente el inquisidor farmaceutico Erlenmeyer, después del supuesto azote del opio y del alcohol). Todas las informaciones de adicción a  la cocaína y deterioro subsiguientes se refieren a personas que antes eran adictas a la morfina u otras sustancias. La cocaína no ha producido más víctimas que esas, y no ha creado ninguna por su propia cuenta.


Tengo una amplia experiencia de personas que han utilizado regularmente cocaína durante largos períodos de tiempo, sin haber sido previamente morfinómanos, y yo mismo la he tomado durante algunos meses sin percibir ni experimentar nada parecido a una adiccion, ni deseo alguno de usar la cocaína en forma continuada. Por el contrario, lo que se produjo —y con mayor frecuencia de lo que yo hubiera deseado— fue una aversión a la droga, que resultó causa suficiente para dejar de tomarla. Es necesario que los médicos comprendan que la posibilidad de que se produzcan efectos tóxicos no debe impedir la aplicación de la cocaína para producir un fin deseable.

Sigmund Freud (Respecto al posible influjo de este fármaco en la génesis del psicoanálisis.)
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