25 de marzo de 2010

Manifiesto Caicedo


No te detengas ante ningún reto. No pases a formar parte de ningún gremio, de ningun partido politico , de ninguna ideologia. Que nunca te puedan definir,que nunca te puedan encasillar. Que nadie sepa siquiera tu nombre.

Muere tranquilo, confiando en unos pocos buenos amigos. Nunca permitas que te vuelvan persona grande, hombre respetable. Nunca dejes de ser niño ,aunque te falten todos los dientes. Que tus padres te alimenten siempre, y págales con mala moneda ,porque ellos te tuvieron y nada se merecen.

Jamás ahorres y no compres nunca nada. Nunca te vuelvas una persona seria. Haz de la irreflexión y de la contradicción tu norma de conducta y de pensamiento. Elimina las treguas, recoge tu amor en el daño, el exceso y la tembladera.

Todo es tuyo. A todo tienes derecho y cóbralo caro.

Aprende a no perder la vista, a no sucumbir ante la miopía del que vive en la ciudad. Ármate de los sueños para no perder la vista.

Olvídate de que podrás alcanzar alguna vez lo que llaman "normalidad sexual", ni esperes que el amor te traiga paz. El sexo es el acto de las tinieblas y el amor la reunión de los fantasmas. Nunca esperes que lograrás comprensión con el sexo opuesto,nunca lograras mas que penetrar por la via anal porque es el agujero mas estrecho.

Para el odio que te ha infectado el censor, no hay remedio mejor que el asesinato.

Para la timidez, la autodestrucción.
  
Adonde mejor se practica el ritmo de la soledad es en los cines. Aprende a sabotear los cines.No accedas al arrepentimiento ni a la envidia ni al arribismo social. Es preferible bajar, desclasarse; alcanzar al término de una carrera que no conoció el esplendor, la anónima decadencia.


Come todo lo que te haga daño ,acostúmbrate a amanecer con los gusanos y cria parasitos.

Tú, no te preocupes. Muére antes que tus padres para librarlos de la espantosa visión de tu vejez,
adelántate a la muerte, precísale una cita. Nadie quiere a los niños envejecidos. 

Apuesto que nadie oye como tu el chirriar de los tacones , los botellasos en la cara, cada suplica de borracho que resbala. Qué bajo pero qué rico. Que no te importe servir de chivo expiatorio, estas mas allá de todo juicio  .Te llamaras: SIEMPRE VIVO.
  
...Somos muchos. Incomunica el dato.


-Andrés Caicedo.
(Fragmento, libro "viva la musica") (Adaptacion del texto por Enrique Symns)


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