13 de febrero de 2012

Armonía


A medida que uno disminuye su "hacer" —aquí entendemos "hacer" como las acciones intencionales encaminadas a beneficiarnos o dirigidas a cambiar o apartar el mundo de su estado y evolución natural— uno disminuye todas las acciones cometidas contra la armonía natural ya existente. Desde que uno empieza a cultivar esta No-Accion, alcanza más armonía con la naturaleza con lo cual se logra un estado descrito en religiones y prácticas espirituales con distintos nombres: el Ming o "clarividencia"de Kung Fu Tse (Confucio) , el satori en la práctica zen, el éxtasis en la mística cristiana, el nirvana budista, y cualquier otro tipo de iluminación. Es, por tanto, la práctica del pensamiento Wu wei (No-accion) un modo de actuar que no deja trazas en la naturaleza, invisible, armonioso y que no se delata a sí mismo. Una especial forma de fluir sin influir, de vivir sin interrumpir y de favorecer sin impedir.

Podemos resumir este pensamiento como el dejar estar o dejar fluir. La aceptación del mundo por medio de la aceptación de sus reglas naturales, las cuales no deben tratar de ser cambiadas para alcanzar mayor bienestar ya que con esas acciones sólo conseguimos desequilibrio, obteniendo por fin todo lo contrario de lo que pretendíamos: incomprensión y sufrimiento.


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