18 de mayo de 2011

Comprensión de uno, comprensión de todo


“Los que deseaban gobernar bien su reino, procuraban poner en  orden su familia. Para poner orden en sus familias, procuraban corregirse ellos mismos. Para corregirse ellos mismos , procuraban dar rectitud a sus almas. Para dar rectitud a sus almas, procuraban volver puras y sinceras sus intenciones. Para volver puras  y sinceras sus intenciones, procuraban perfeccionar lo mas posible sus conocimientos morrales Perfeccionar lo mas posibles los conocimientos morales consiste en penetrar y profundizar el principio de las acciones. Una vez penetrado y profundizado el principio  de las acciones, los conocimientos morales alcanzan su perfección. Perfeccionados los conocimientos  morales, las intenciones se vuelven puras y sinceras. Vueltas puras y sinceras las intenciones, el alma alcanza la rectitud. Alcanzada así la rectitud, la persona es corregida y mejorada. Corregida y mejorada la persona, la familia puede ser bien dirigida. Siendo bien dirigida la familia, el reino puede ser bien gobernado. Bien gobernado el reino, el imperio goza de paz y buena armonía”


No sabría como destacar toda la importancia que este texto tiene para la sabiduría universal, hoy como ayer y siempre. Su mensaje puede resumirse así: nuestro cambio personal es  previo a todo intento de cambiar el mundo, y nuestro cambio personal va de lo periférico hasta la comprensión de los móviles ocultos de nuestros actos, comprensión que en este texto es denominada como “penetrar y profundizar el principio de las acciones”, meta del conocimiento de si mismo y base de toda sabiduría.

No habrá virtud en la familia, ni en las comunidades, ni en las regiones, ni en el imperio, si no la hay en el individuo. La conversión es un acto personal y la responsabilidad primera del hombre respecto de si mismo y del mundo.

-Texto de K'ung-fu-tzu (Confucio) y comentario de Gaston Soublette

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